El acoso callejero prevalece en comunidades alrededor de todo el mundo. Todos los días, las mujeres enfrentamos comentarios, gestos e incluso ataques físicos en los espacios públicos.
En El Salvador, un grupo de niñas y mujeres jóvenes están trabajando para poner un alto al acoso callejero en su comunidad. Ellas son parte de la Colectiva Pioneras de la Paz y su misión es velar por el cumplimiento de los derechos humanos como parte de la construcción de paz en la comunidad de San Ramón.
San Ramón se encuentra en el municipio de Mejicanos, una zona con altos índices de violencia y pobreza. Al igual que otras comunidades, San Ramón ha sido clasificada por el gobierno como “zona roja” debido a la continua violencia a causa de las pandillas.
Las Pioneras trabajan en su comunidad en la construcción de una cultura de paz. Desde 2019, junto al socio local ANADES hemos apoyado los esfuerzos de estas jóvenes de entre 12 a 16 años. Hemos brindado talleres sobre derechos humanos, particularmente los derechos de las mujeres y la niñez. Reflexionamos lo que significan estos derechos en su comunidad y en su vida cotidiana, y a través de un análisis continuo, estas jóvenes determinan qué acciones pueden tomar para defender sus derechos.
Las jóvenes identificaron que el acoso callejero es uno de los principales problemas que les afecta en su comunidad. Para muchas de ellas, el acoso callejero es algo que experimentan cotidianamente mientras caminan a la escuela, toman el autobús o en otros momentos de su vida diaria ¡y quieren detenerlo!
Por esto, en 2020 crearon la campaña “Las calles también son de nosotras”. Elaboraron gráficos y carteles para denunciar el acoso y promover el respeto hacia las mujeres y las niñas, participaron en marchas y protestas, y elaboraron videos y mensajes para las redes sociales, dando a conocer sus demandas en todo el país.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), Las Pioneras publicaron este mensaje en Facebook:
“La violencia contra las mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y persistentes del mundo… Es el resultado de una sociedad patriarcal que no respeta la dignidad y los derechos de las mujeres. Como colectivo, en el 25N buscamos visibilizar que el acoso callejero es violencia, la cual vivimos diariamente las adolescentes. El acoso no es normal y no es nuestra culpa.
Queremos caminar seguras en las calles.”
Desde que inició la campaña, las participantes han enfrentado desafíos. El primer día de la campaña en las calles de San Ramón, varios espectadores les dijeron que estaban perdiendo el tiempo. Esto hizo que algunas de las chicas dudaran de sí mismas, pero se negaron a dar marcha atrás. Las críticas solo hicieron que quisieran hacer más para cambiar la opinión de las personas que piensan que el acoso callejero es normal.
Como oficial del programa de paz de AFSC en El Salvador, estas niñas y adolescentes me han inspirado. Están trabajando muy duro para promover los derechos humanos, entendiendo el poder que tienen para superar las barreras y construir una cultura de paz. Ahora, están siendo reconocidas como líderes en sus hogares, escuelas y comunidad. Algunos de sus familiares, en particular mujeres, se están uniendo a la campaña.
Las participantes también están incidiendo en la defensa de sus derechos a nivel nacional. La Colectiva Pioneras de la Paz es parte de la RENAES-Red de niñez y adolescencia de El Salvador. Como parte de la red, las participantes se conectan con otras juventudes y grupos que trabajan por los derechos de la niñez en todo el país.
Cuando consultamos a las Pioneras sobre lo que habían aprendido el año pasado, estas fueron algunas de las cosas que nos compartieron:
- “Que podamos ejercer la toma de decisiones liberales y justas para las mujeres”
- “Organizar espacios en donde se tomen en cuenta las problemáticas del día a día de las mujeres”
- “Crear sistemas que no impidan la toma de decisiones de las mujeres”
Estas mujeres jóvenes están exigiendo el cumplimiento de sus derechos humanos para promover una cultura de paz en su comunidad. Tengo muchas ganas de ver qué más lograrán en el próximo año y seguir apoyando su trabajo para desmantelar el patriarcado y los sistemas de opresión.